DECRETO
1278: FLEXIBILIZACIÓN LABORAL Y CONTROL POLÍTICO E IDEOLÓGICO DE LOS NUEVOS
MAESTROS Y MAESTRAS
Bien sabemos que la
reforma educativa ha tenido como enfoque la privatización de la educación en
cuanto a la financiación y a los contenidos, por un lado el concepto de
servicio y no de derecho fundamental pone al Estado en un papel de prestador o
mediador y no como responsable de garantizar una educación de calidad, donde
conceptos como calidad se minimizan a la cobertura y la estandarización de procesos,
donde los contenidos deben estar en función de las necesidades de la
globalización y no de la necesidad de entrar a resolver los problemas de
nuestra nación y de nuestro pueblo.
Hay que ver como los
procesos de evaluación y certificación están llevando a las instituciones a
centrarse en conseguir unos indicadores de gestión, con base al control y
registro de los procesos, pero no con la generación de un Movimiento Pedagógico
que realmente transforme las prácticas educativas; el trasfondo de la certificación
es buscar que las Instituciones Educativas consigan proyectos y recursos con
otras entidades, supeditando los presupuestos a la “gestión” y no a las
necesidades reales, negando la gratuidad de la educación, focalizando la
responsabilidad del Estado entre los más pobres de los pobres con su sistema de
subsidios, que ha llevado a convertir a sectores de la población en mendigos.
Con la entrada de más
de 80.000 docentes en los cuatro concursos del 2005 al 2008 se puso en vigor el
decreto 1278 del 2002 y es a partir de este momento que el Estado ha
venido generando una serie de reglamentaciones complementarias donde hay muchas
ambigüedades, falta de claridad y una serie de aspectos relacionados con
nuestra contratación y escalafón sin definir. Además de manera
irregular se define reglamentación en guías metodológicas o directivas
ministeriales por encima de la norma mayor.
Al imponerse el
Decreto 1278 de 2002 se cambió la forma de vinculación de los y las docentes
pasando de ser empleados oficiales de régimen especial a docentes al servicio
del Estado. Este trajo consigo la desprofesionalización de la carrera docente,
la flexibilización laboral y dificultad para ascender en el escalafón, además
está concebido para dividir al magisterio, ya que este no sólo cambia las
condiciones de contratación sino que condiciona al maestro en lo pedagógico, lo
político y lo ideológico.
Las primeras
consecuencias de la aplicación del decreto 1278 la sintieron los y las docentes
en provisionalidad que venían prestando su servicio al Estado contratados bajo
el decreto 2277 de 1979, pues sus contratos fueron suspendidos y perdieron el
grado de escalafón que habían logrado; los que reingresaron por concurso iniciaron
su carrera nuevamente bajo un nuevo escalafón que desmejoró
sustancialmente su salario. Los que contrataron nuevamente por
provisionalidad, quedaron relegados, ya que el nuevo escalafón los
excluye.
no tenia conocimiento sobre este decreto, esta muy interesante.
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